“…. Cuando estábamos en la laguna empezó una ligera lluvia. Al llegar a la cabaña se desprendió un fuerte aguacero y detrás una nevada; en el camino quedaron granos de nieve cual alfombra que saluda a la corte imperial. Nuestros corazones se conectaron con la naturaleza, mutuo saludo y satisfacción. Sensaciones maravillosas que siempre brotan cuando con respeto llegamos a un lugar mágico y sagrado como este….”