- Abecedario Rúnico Elemental.
- Inducción a algunos de los símbolos usados para la conexión con los reinos elementales.
- Potencialización vibracional a través de los símbolos.
- Uso consciente y práctico de los símbolos y posturas.
El ser humano es un compuesto de tres aspectos complejos en estructura:
Espíritu. La vibración que le permite su comunicación con las divinidades, ángeles, fuerzas superiores (o inferiores, de acuerdo con sus inclinaciones).

Alma. La vibración que sostiene la materia, encargada esta de todo lo que tiene que ver con percepciones energéticas. De acuerdo con su olor y color puede atraer para sí la compañía de elementales superiores o inferiores. Es donde se desenvuelve al crecimiento interno del ser humano, donde se depositan las fuerzas invisibles oscuras o brillantes y desde donde florecen los defectos y virtudes. Es el gran campo de batalla de las entidades del cielo y del abismo, ya que es el puente de comunicación entre lo espiritual y lo material.
Cuerpo. Compuesto de dos principios densos y de dos sutiles y energéticos: físico-vital y astral-mental. No son menos importantes que los otros, por el contrario, cualquier afectación grave en alguno de ellos puede provocar incluso una fuerte desconexión espiritual (una enfermedad física o una depresión mayúscula pueden cerrar los nadis que interconectan el Ser que habita en el corazón de cada individuo con la luz espiritual que lo alimenta).

El cuerpo, al ser el aspecto más tangible (y mal llamado denso), tiene una gran cantidad de funciones energéticas. Relacionado con el cuerpo planetario, se asemeja muchísimo en su composición: minerales, metales, foath, atmósfera, elementos de la naturaleza). Una de esas funciones está relacionada con las posiciones. El lenguaje corporal es un gran agente comunicador; este nos permite relacionarnos con todos los seres que hay a nuestro alrededor y evidenciar algunas emociones ocultas.
Dentro del estudio de la energía, el cuerpo la mueve, la maneja, la dirige y la controla a través de posiciones, estudiadas dentro de la ciencia antigua de la Lamasería que es una variante de un conocimiento más antiguo, escandinavo, nórdico: las runas. El alfabeto sagrado como lo llamaban permitía el reconocimiento de una serie de aspectos, entre ellos el campo adivinatorio. Por encima de ello, el abecedario sagrado permitía la comunicación del ser humano con las fuerzas de la naturaleza y del universo. Hay posiciones para la comunicación con los principios astrológicos y con los principios elementales.
Es necesario lograr primero la armonía interior si lo que se pretende es irradiar y entregar lo mejor de sí a las fuerzas de la naturaleza.
Las posiciones que armonizan. Son sumamente sencillas de realizar: flor de loto y posición de meditación occidental. Ambas requieren como principio fundamental la columna recta, mirada al frente, brazos en posición gamma.

Posiciones de conexión con las fuerzas elementales: permiten la canalización de la fuerza a través del cuerpo. Resultan muchísimo más efectivas para el almacenamiento, invocación y proyección: Gom. Dor. Fa. Hagal.
Las posiciones para la invocación elemental deben ir ligadas a otros aspectos, no es solamente realizar la posición: tensión.
Oración y palabra de poder.
Símbolo o signo.
Con relación a los símbolos, estos corresponden primero a las 3 figuras geométrica básicas: triángulo, círculo y cuadrado. Luego éstas se van uniendo y creando figuras cada vez más complejas: pentagrama, y estrella de David, círculo zodiacal. Dentro es éstas se van agregando más símbolos para atraer con mayor fuerza las energías que se necesitan. Se requiere además que el símbolo que se cree tenga un alto grado de ductilidad o conductividad de energía mediante metales y piedras.
BENDICIONES… RAHEL, FRATERNIDAD ADONAY