Es muy reconfortante poder caminar por la tierra y dejarte llenar de todas las bendiciones que esta te brinda silenciosamente. Poder sanarte, fortalecerte y reconectarte con lo esencial, por medio del respirar profundo y lleno de vida que ofrecen las montañas, y la vitalidad que te invade al cruzar sus surcos laderas y senderos. También es maravilloso poder aportar un granito de arena, enviar un mensaje de amor al espíritu de la tierra, para que junto con sus guardianes de todas las direcciones mantengan un equilibrio y sostenimiento a la vida en todas sus manifestaciones. Son regalos invaluables qué me ha traído el hacer parte de las prácticas de equilibrio planetario.

En el mes de abril de 2019, VIVENKHA realizó una práctica en la laguna La Leona, ubicada en el Nevado del Tolima a más de 4.500 m. s. n. m. de la cual fui participe y puedo decir a toda voz que esta experiencia junto con el grupo, significó para mí sentir de manera consciente, como congruentemente existimos individualmente y conformamos a la vez, el todo absoluto. De manera que la madre tierra en su infinita sabiduría me dejo como mensaje que cada uno de nuestros actos, incide en todos los planos de la existencia de otros -como en la del genio que habita este lugar- , porque somos la manifestación de Dios esparciéndose en el universo, somos natura, somos vida, somos amor.

Poder experimentar la sanación, la paz, la luz en el contacto con la madre, es una experiencia que todos podemos vivir, que está tan cerca de nosotros por el territorio en el que nos encontramos, que tenemos la dicha y la fortuna de poder tener estas vivencias. Olvidamos el hecho de que la madre está en toda la extensión del lugar que habitamos, pero más pura en ciertos lugares. Te invito a disfrutar de ellos, a sentir, recibir y también entregar tu amor, agradecimiento y cuidado a este maravilloso regalo.

Hace dos años aproximadamente, estaba vacacionando con mis padres en la ciudad de Cartagena de Indias (Colombia) y sentimos el llamado a realizar la práctica de sanación planetaria en la ciudad, pues ésta llevaba más de 4 meses sin una gota de lluvia; pedimos permiso al maestro Sath para realizarla y fue concedido. Nos dispusimos a realizarla a las 3 p. m. del mismo día, dimos nuestros agradecimientos por permitirnos llevarla a cabo en este lugar, una hora más tarde estando en el lobby del hotel, fuimos testigos del aguacero que cayó en toda la zona aledaña y nos pareció grandioso, maravilloso, haber podido tener esta conexión de tanto impacto y poder servir en nuestro espacio de esparcimiento y descanso.

Vivir el encuentro con la esencia de la vida y comprender que todo cuanto existe esta unido por miles de fibras que para algunos se hacen imperceptibles... lleva a un despertar de la consciencia que muestra como se interrelacionan los actos de cada ser con el todo. Hacer parte de esta práctica me permitió conectarme con el ser que habita en cada elemento el que se ve, se escucha se respira y se siente al contacto.

El encuentro con la madre naturaleza y conmigo misma, me ha permitido interiorizar momentos únicos que solo se viven cuando estamos en contacto con el absoluto, es una experiencia maravillosa y única que lo volvería a repetir. El apoyo de todos los compañeros con los que he realizado las salidas ha sido único y muy valioso.

Mis experiencias marcaron en mi ser la propulsión por volver a conectar la vida en todos los niveles, ayudando a través de diferentes prácticas internas y externas al despertar del corazón humano, planetario y cósmico para que vibre en una frecuencia de trabajo en equipo agradecimiento y correspondencia. Mi reflexión es que si despertamos la humanidad, será ella la que la cuidará pues ahora es ella la que ignorantemente la esta destruyendo, hay que sanar todos los seres de los 4 elementos, y activar la magia de la divinidad madre que se renueva incesantemente. Y finalmente a manera de conclusión, la admiración de la creación alimenta nuestra vida, nos invita a integrarla con el amor interno y externo de las leyes que componen la mecánica celeste como expresión de la realidad la cual ha sido el camino de nuestro desarrollo espiritual y que esta en un momento muy especial... donde seremos más y más fuertes si nos unimos.

Somos energía pura manifestada en el amor cósmico universal, somos la vida misma interconectada con el todo;  si cuidamos una flor a la vez estamos cuidando una estrella, si amamos un río, así mismo, estamos amándonos a nosotros mismos. Somos el reflejo de nuestros actos, nuestros actos son el reflejo de nuestros pensamientos, pensamos el reflejo de lo que sentimos, y lo que sentimos es el resultado de como vivimos. La reflexión anterior surgió a partir de mi experiencia en la práctica de equilibrio planetario realizada con el grupo de Vivenkha. Porque son estos espacios los que permiten generar mayor consciencia de nosotros mismos, de quiénes somos y como a partir de esa energía creadora de amor, de vitalidad y luz desde la vida misma, podemos lograr compartirla a todos los seres de una manera equilibrada y consciente y ésta a su vez ser transformadora de vida. En nosotros se puede hacer desde lo más simple, y que mejor que amando la vida a través de estas prácticas de Equilibrio Planetario. Por lo tanto, agradezco por ello y he ahí la importancia que se realicen de manera más constante.

Uno de los deberes que tenemos los seres humanos es irradiar a nuestro planeta, Energía Divina. Comprender que somos canales para éste tan anhelado equilibrio, es urgente. Colocar nuestro granito de arena, le hace bien a éste hermoso planeta tierra y a su vez trae a cada uno de nosotros, excelente salud: física, mental y emocional...